jueves

Voy y vuelvo (Mario Martìnez)

Ese viernes desperté tarde. Saqué agua de un pozo, confundido me lavé. Ya en el sendero esperé el transcarruaje que me dejaría en el metro del pueblo. Encendí mi MP3 y escuché a Hamelín. Observé a la gente. Un hombre flaco preparaba su espada antes de bajar en la estación Los Molinos. Con el ruido de su ropa metálica despertó a una bella joven que dormía. Miré el reloj, atrasado bajé rápidamente del vagón tropezándome torpemente con un zapato y golpeándome la cabeza. A las pocas horas desperté con un libro abierto en el pecho, era viernes, era tarde.

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